El jardin de los senderos que se bifurcan frases

El jardin de los senderos que se bifurcan frases

El jardín de los senderos que se bifurcan shmoop

“Esta red de tiempo -cuyos hilos se aproximan, se bifurcan, se cruzan o se ignoran a través de los siglos- abarca todas las posibilidades. En la mayoría de ellas no existimos. En algunos existes tú y no yo, mientras que en otros existo yo y tú no”.

“No dejaba de preguntarme cómo podía ser infinito un libro. No podía imaginar otra cosa que un volumen cíclico, circular. Un volumen cuya última página fuera la misma que la primera y así tuviera la posibilidad de continuar indefinidamente.”

“En toda ficción, cuando un hombre se enfrenta a alternativas, elige una a costa de las otras. En el casi insondable Ts’ui Pen, elige -simultáneamente- todas ellas. Crea así varios futuros, varios tiempos que inician otros que a su vez se ramificarán y bifurcarán en otros tiempos. Esa es la causa de las contradicciones de la novela”.

“Ts’ui Pe debió decir una vez: Me retiro para escribir un libro. Y en otra ocasión: Me retiro para construir un laberinto. Todos imaginaron dos obras; a nadie se le ocurrió que el libro y el laberinto eran una misma cosa.”

El jardín de los senderos que se bifurcan

El jardín de senderos que se bifurcan”, publicado por primera vez en la colección del mismo nombre en 1941, es uno de los relatos más famosos del escritor argentino Jorge Luis Borges. Aunque resulte sorprendente, dada la reputación de Borges y las dificultades para clasificar su obra en un género concreto, este relato fue el segundo premio de ficción de misterio Ellery Queen en 1948. ¿Pero de qué trata “El jardín de los senderos que se bifurcan”, además de ser una historia de misterio?

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Yu Tsun ha descubierto que la red de espionaje en la que trabaja ha sido infiltrada por el enemigo. No puede comunicarse directamente con los alemanes, por lo que no tiene ninguna forma convencional de hacerles llegar su información (como el teléfono). Mientras huye de un hombre llamado Richard Madden, Yu viaja a la casa de un hombre que no conoce. El nombre del hombre lo saca de la guía telefónica, porque es el mismo que el dato crucial que ha descubierto (el nombre de la ciudad donde se encuentra un parque de artillería británico en Francia).

Mientras se dirige a la casa del hombre, Yu reflexiona sobre su abuelo, que se retiró de la vida pública para escribir una novela y construir un laberinto. Al llegar a su destino, la casa de Stephen Albert (un estudioso de todo lo chino), Yu se sorprende al descubrir que este desconocido parece haberle esperado. Albert lleva a Yu a dar un paseo por el “jardín de senderos que se bifurcan” que hay fuera de la casa.

Lo que ocurre al final del jardín de senderos que se bifurcan

El jardín de los senderos que se bifurcan es la metáfora central de la historia. Es otra forma de describir un laberinto, o un laberinto exterior. Por supuesto, el jardín no es el único laberinto de la historia: el jardín es una especie de metáfora (si es que eso tiene algún sentido; consulta nuestra discusión al respecto en “Simbolismo, Imaginería, Alegoría”). Los senderos que se bifurcan en el jardín son una metáfora de las infinitas narrativas divergentes de la novela de Ts’ui Pen, que es en sí misma una alegoría del tiempo. El jardín también aparece literalmente en la historia. Es un espacio idílico en el que el protagonista pasa su infancia, un lugar de reclusión para Ts’ui Pen, y un laberinto que el protagonista debe recorrer para llegar a la biblioteca del Dr. Albert. Pruebe este argumento: en todos estos jardines, el sentido del tiempo parece perderse. Al fin y al cabo, ¿no implica la nostalgia de Yu Tsun por los jardines de su infancia una cierta añoranza del pasado dentro del presente? El trabajo académico que tiene lugar en los jardines de Ts’ui Pen y el Dr. Albert, ¿no sugiere que la verdad universal trasciende el tiempo? ¿Y qué hay del paseo de Yu Tsun por los senderos que se bifurcan hasta la casa del Dr. Albert? Dice que se olvida de su “destino” y que la noche se vuelve aparentemente “infinita” (20).

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3. “Esta red de tiempo -cuyos hilos se aproximan, se bifurcan, se cruzan o se ignoran a través de los siglos- abarca todas las posibilidades. En la mayoría de ellas no existimos. En algunas existes tú y no yo, mientras que en otras existo yo y tú no”.

4. “En todas las ficciones, cuando un hombre se enfrenta a alternativas, elige una a expensas de las otras. En la casi insondable Pluma Ts’ui, elige -simultáneamente- todas ellas. Crea así varios futuros, varios tiempos que inician otros que a su vez se ramificarán y bifurcarán en otros tiempos. Esa es la causa de las contradicciones de la novela”.

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6. “Me preguntaba continuamente cómo un libro podía ser infinito. No podía imaginar otra cosa que un volumen cíclico, circular. Un volumen cuya última página fuera la misma que la primera y que tuviera así la posibilidad de continuar indefinidamente.”

9. “Llevé a cabo mi plan porque sentí que El Jefe tenía cierto temor a los de mi raza, a esos incontables antepasados cuya culminación está en mí. Deseaba demostrarle que un hombre amarillo podía salvar a sus ejércitos”.

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